Un día cual quiera mueres o solo no te
das cuenta de los cambios de ti mismo, hace cuatro años escribí mi
primera entrada de “Blog” (la única), ahora me
reafirmo que hay
etapas de la vida donde tu instinto o tu forma de pensar es tan
consciente que te deja mensajes para el futuro al subconsciente. |
| Las sombra de la tierra es la luz de nuestros sueños. L' |
Ha pasado mucho tiempo
Solo puedo escribir con mi lado más
humano, es difícil escribir sobre uno mismo, sin juzgase y aun más
ingenuo pensar que no lo hará otra persona, pero nuestra
personalidad es un comparativo con nuestro entorno y la vida, durante
estos años he visto parte de la realidad que he logrado palpar, he
visto sueños rotos, una soledad casi profética, decisiones que al
fin compruebas que son las que marcan la vida y el camino; Son muchas
cosas las que logras vivir en solo un tiempo determinado y corto,
pero aun más verdadero, que el tiempo sigue fluyendo sin descanso y
cada cosa que hagas o dejes de hacer no se repetirán, que la linea
es recta y aunque te sientas joven sabes muy bien que el mundo “el
sistema”, te ha trazado metas infundadas que quieres realizar pero
es este mismo quien nos pone los mas grandes obstáculos, así que
vemos nuestra vida como momentos presentes de pocas metas que nos
llenen como seres sin un futuro claro, es lógico el futuro es un
mañana tan engorroso y extraño, pero viviremos en el con un hoy muy
presente, que perderemos creyendo que el tiempo nos perdonara las
horas al frente de un monitor, lo que he aprendido es no dejar mi
vida de ahora, este ya, para después, porque muero cada segundo sin
darme cuenta, y cada felicidad perdida intentando luchar contra el
cansancio que nos bombardea los medios, las personas, el caminar
entre palabras, nuestra mente no debe descansar, ni perder un segundo
en salir de la vida, y si lo hace sea para amar el universo que en
nuestro interior nos comprende.
Muchas barreras inviables en nuestra boca, son tristezas que jamas contamos, los sufrimientos son humanos, pero aferrarte a ellos es retrogrado, cuando me veo las manos recuerdo el agua que ha corrido en ellas, la sangre de mis caídas, la cuchara que va ala boca, el lápiz que he empuñado, la piel que he acariciado, tanto como una persona pueda imaginar que hacen sus manos desde el trabajo, a acariciar la cara de un niño, eso es para mi huella de los sesgos de memoria, recordar cada cosa con ese sentimiento que razonamos, ahora solo puedo decir que cuando olvidamos lo que somos es cuando más infieles e infelices somos de nosotros mismos, ¿qué es lo que somos?, somos un manojo de experiencias, de cultura, de complejos, de felicidades, de gustos, eso que define nuestra personalidad, somos una macabra burbuja que debemos estalla para poder comprender a los otros; cada quien mantiene una guerra de lo que quiere ser, más no se desarrolla como de verdad es, muchos en sus momentos más añorados perciben una tranquilidad donde tienen la defensa caída, con o sin alguien a su alrededor, un momento donde no importa sentirse desnudo de mente y cuerpo, un lugar donde puedes estar con los ojos cerrados sin esperar una flecha del cielo, pero mantenemos con un gran escudo con el mundo y sus flechas estelares, con la postura de combate, de no dejarnos herir, con la espada en la lengua, y los nudillos en los ojos, pero hay combates que se pierden rotundamente, así que creemos que hemos fracasado ante tantas trampas eludidas, esas heridas jamas se borran, disminuyen su dolor, y se mimetizan con el paso del tiempo, el mismo que ruego no perder, no me extiendo más, somos seres complejos, que hacemos de la sencillas un paraíso, del los sentimientos un mundo que debemos unir con la realidad que rosa nuestros párpados, que la felicidad está cuando el miedo a nosotros, sacarlo a fuera y al que no le guste, con cariño, que se joda un poco.
Muchas barreras inviables en nuestra boca, son tristezas que jamas contamos, los sufrimientos son humanos, pero aferrarte a ellos es retrogrado, cuando me veo las manos recuerdo el agua que ha corrido en ellas, la sangre de mis caídas, la cuchara que va ala boca, el lápiz que he empuñado, la piel que he acariciado, tanto como una persona pueda imaginar que hacen sus manos desde el trabajo, a acariciar la cara de un niño, eso es para mi huella de los sesgos de memoria, recordar cada cosa con ese sentimiento que razonamos, ahora solo puedo decir que cuando olvidamos lo que somos es cuando más infieles e infelices somos de nosotros mismos, ¿qué es lo que somos?, somos un manojo de experiencias, de cultura, de complejos, de felicidades, de gustos, eso que define nuestra personalidad, somos una macabra burbuja que debemos estalla para poder comprender a los otros; cada quien mantiene una guerra de lo que quiere ser, más no se desarrolla como de verdad es, muchos en sus momentos más añorados perciben una tranquilidad donde tienen la defensa caída, con o sin alguien a su alrededor, un momento donde no importa sentirse desnudo de mente y cuerpo, un lugar donde puedes estar con los ojos cerrados sin esperar una flecha del cielo, pero mantenemos con un gran escudo con el mundo y sus flechas estelares, con la postura de combate, de no dejarnos herir, con la espada en la lengua, y los nudillos en los ojos, pero hay combates que se pierden rotundamente, así que creemos que hemos fracasado ante tantas trampas eludidas, esas heridas jamas se borran, disminuyen su dolor, y se mimetizan con el paso del tiempo, el mismo que ruego no perder, no me extiendo más, somos seres complejos, que hacemos de la sencillas un paraíso, del los sentimientos un mundo que debemos unir con la realidad que rosa nuestros párpados, que la felicidad está cuando el miedo a nosotros, sacarlo a fuera y al que no le guste, con cariño, que se joda un poco.
